viernes, 10 de enero de 2014

El fenómeno George Saunders

Los nuevos relatos del cuentista estadounidense, orgulloso aprendiz de Raymond Carver, llegan a las librerías españolas tras un colosal éxito de crítica y público en su país




Su última colección, 10 de diciembre (Alfabia), primeros puestos de las listas de venta, ha sido saludada por The New York Times como “el mejor libro que puedes leer este año” y ha convertido su nombre en uno de los más populares del panorama literario de EE UU.

A este licenciado en ingeniería de minas y profesor de escritura en la Universidad de Siracusa Años, cuando estudiaba en Texas, un cuento de Raymond Carver le marcó profundamente y es esa América que retrató el padre del realismo sucio la que se halla en los relatos de Saunders: en la depauperada familia que vende un cachorro y tiene a su hijo atado a una cadena en el jardín; en el preso que cumple condena como conejillo de indias de una farmacéutica; o en el enfermo de cáncer que se va a un bosque para acabar con su vida. El propio autor se acercó a ese otro lado cuando luchaba por salir adelante como escritor tras dejar atrás su carrera de ingeniero con una petrolera en Sumatra y fue admitido en el curso de escritura creativa de Siracusa, el mismo donde imparte clases y donde las recibió de Tobias Wolff.

“Mi trabajo como ingeniero provocó el despertar de una conciencia social”, explica. “Nunca sé adónde van mis historias, es algo a lo que llego a través de muchas revisiones, en las que trato de leer desde fuera”, dice. “A los 55 años aún no sé cómo acabar una historia, es algo que llega tras mucho trabajo en busca de ese momento que no deja escaparse al lector”.

En el universo de Saunders hay distopía, ningún miedo al lado oscuro, y humor. Dice que en 10 de diciembre se acerca a los precipicios pero los protagonistas no caen siempre, quizá porque, como apunta, los años le han alejado de la tragedia y le han acercado a algunas verdades optimistas, a la vez que el público en Estados Unidos parece sentirse más cómodo ante su sátira salvaje. “Quizá la mayor diferencia frente al tiempo del que hablaba Carver es que hoy la cultura es materialista sin remordimiento y la gente que lo pasa mal está más sola. La clase media de Updike hoy sería media-alta. El poder de las grandes corporaciones tiene que ver”, apunta. “Son tan seductoras que se ha perdido el sentimiento crítico hacia ellas. También hay una negación de otros valores quizá más espirituales, la gente no parece estar en contacto con otros más desfavorecidos que ellos. Queremos estar cómodos, sanos y ser ricos, pero hay cierta opresión también en esto”. Son las contradicciones, la seducción ante la que todos caemos rendidos y el mal escondido lo que interesa a este escritor: “Creo que uno debe sentirse de dos o tres formas distintas a la vez sobre una misma cosa”.

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